Gianni Amelio
Director de cine italiano, nacido en San Pietro Magisano (Catanzaro). Tras estudiar en el instituto de Catanzaro, pasó por la Universidad de Mesina, en donde cursó Filosofía. En los primeros años sesenta, participó como redactor en la revista de cine Giovane Crítica, publicada por el Centro Universitario Cinematográfico de Catania.
En 1965 entró a formar parte del equipo de rodaje de Un uomo a metà, de Vittorio de Seta, para a continuación intervenir en el equipo de otras películas dirigidas por Gianni Puccini y Liliana Cavani, entre otros. Durante unos años trabajó en todo lo que se ponía a su alcance (también anuncios publicitarios y trabajos industriales), hasta que en 1970 pudo dirigir su primera película, La fine del gioco, para la RAI. Su primer largometraje es La città del sole (1973).
A partir de los ochenta, va definiendo, en una serie de trabajos, su posición creativa y temática, abordando historias que se centran en las relaciones humanas y la posición del hombre frente a las ideas y estilos de vida, siempre con el trasfondo vital que evoluciona desde la infancia hasta la madurez; padres e hijos, degradación, frustraciones, esperanzas y opresiones. No abandona sus realizaciones para la televisión y trabaja como profesor en el Centro Sperimentale di Cinematografía de Roma.
En los noventa, su obra adquiere una mayor repercusión, sobre todo porque los premios se le acumulan en cada título que dirige. El primer paso es Porte aperte, adaptación del libro de Leonardo Sciascia en torno a la pena de muerte, película que recibe, además del Felix (el Oscar europeo), numerosos premios. Después llega Niños robados, una dura historia de dos niños en un mundo hostil -por la que le conceden su segundo Felix-, y Lamerica, una historia inmersa de pleno en el conflicto social y económico que embarga a todo un país, Albania, a mediados de los noventa. Ambas películas fueron premiadas en diversos certámenes internacionales (Cannes, Venecia), además de recibir otros muchos premios. El 13 de septiembre de 1998, el director italiano fue premiado con el León de Oro de la 55º Mostra de Venecia, por su película Cosí ridevano.