Si bien el remake de Ocean’s Eleven de Steven Soderbergh evocaba una nostalgia por el antiguo Las Vegas, el tardío tercer capítulo de la serie Ahora me ves parece aspirar a capturar la esencia del Las Vegas moderno. La película amplía el número de sus ladrones magos a un nivel casi similar al de Ocean’s Eleven y los sumerge en una trama de atraco que tiene la espontaneidad ilusoria de un artista pop en medio de una larga residencia de conciertos. Es un engaño divertido y ostentoso que se desvanece rápidamente, a menos que se sea un fan acérrimo de la franquicia.
Los seguidores recordarán que han pasado casi diez años desde las últimas aventuras del cuarteto original, conocido como los Cuatro Jinetes: Daniel Atlas (Jesse Eisenberg), Merritt McKinney (Woody Harrelson), Jack Wilder (Dave Franco) y la escapista Henley Reeves (Isla Fisher), quienes trabajan bajo las órdenes de El Ojo, una sociedad secreta de magos. Para este tercer filme, y después de que Henley estuviera ausente en la secuela de 2016, el cuarteto es engañado para reunirse. Un mensaje de El Ojo lleva a Atlas a contactar a un trío de magos jóvenes: Bosco (Dominic Sessa), June (Ariana Greenblatt) y Charlie (Justice Smith).
Su nueva misión es robar un enorme diamante a la traficante de armas y blanqueadora de dinero Veronika Vanderberg (Rosamund Pike). Este objetivo encaja con la inclinación del nuevo equipo por la redistribución de la riqueza, aunque el villano elegido resulta ser bastante tradicional. Con Pike, el número de estrellas asciende a ocho, sin contar otros rostros conocidos que podrían acercar el elenco a la docena de estrellas de una producción de Soderbergh.
A Ahora me ves 3 le vendría bien un toque al estilo Soderbergh detrás de la cámara; un director con talento para ejecutar estafas tan ingeniosas y visualmente atractivas que su absurdo parezca magia real. Sin embargo, en su lugar, se encuentra el director Ruben Fleischer, conocido por Zombieland, Venom y Uncharted. Como en las entregas anteriores, los cineastas (incluyendo un gran número de guionistas acreditados) optan por la acción evidente en lugar de los guiños sutiles, lo que significa que la mecánica de los atracos más grandes se explica de manera poco convincente. El peligro persistente de esta serie es que la idea de magos usando ilusiones para atracos se vuelva exagerada, transformándose en una saga genérica de acción, lejos de la sutileza que prometen sus trucos.
Afortunadamente, los actores parecen disfrutar genuinamente de estar en una serie que no requiere una seriedad excesiva, sino simplemente mantener la compostura cuando se afirma que el mundo necesita magia más que nunca. El personaje de Atlas sigue siendo un buen vehículo para la arrogancia inteligente de Jesse Eisenberg, incluso cuando el material en sí no lo es. Aunque los intentos de conflicto generacional son suaves, los recién llegados son tan agradables como los veteranos. A pesar de que la franquicia ya tiene cierta edad, la película conserva una ligereza musical en sus actos de espectáculo, dándole un aire de novata luchadora que, sin embargo, podría desvanecerse en cualquier momento.
