La película Terrifier 3 se abre con un prólogo autónomo que establece sus reglas de juego de manera explícita y macabra. La escena tiene lugar en un hogar familiar durante la Navidad, donde las víctimas son los miembros de dicha familia y el perpetrador es Art el Payaso, vestido de Papá Noel y armado con un hacha. La secuencia deja claras las normas del filme: cualquiera puede morir, y ni siquiera ser un niño pequeño garantiza la salvación. Además, aunque algunas víctimas son inocentes, otras parecen “ganarse” su sangriento final según la lógica del cine de terror (como el esposo que le dice a su mujer: “Tengo que levantarme en tres horas, encárgate tú de esto”, y es justamente señalado para morir).
Si bien Terrifier 3 no se postula como “cine sofisticado”, ejecutar este tipo de terror explícito no es tan sencillo como parece. El número de películas de terror que prometen enfermar y estremecer al espectador es enorme, pero la proporción de las que realmente lo consiguen, especialmente con el público veterano, es mínima. Es un placer informar que Terrifier 3 es genuinamente atroz; aunque la experiencia puede variar, definitivamente no es apta para los aprensivos.
Art el Payaso no es un corredor de bolsa desquiciado como Patrick Bateman de American Psycho, sino un demonio; sin embargo, está igualmente interesado en el potencial letal de una vasta gama de herramientas que incluyen hachas, bombas, hielo seco, martillos de uña, motosierras, ratas vivas y, por supuesto, sus propias manos y dientes. El guionista y director Damien Leone se deleita en mostrar cada segundo sangriento del caos gráfico y la crueldad gratuita.
A diferencia de Bateman, Art tiene una compañera en este viaje: Victoria, un personaje que regresa de la primera película. Victoria opera bajo el principio de “si no puedes vencerlos, únete a ellos”, habiendo evolucionado de víctima a cómplice. Terrifier 3 responde a la curiosa pregunta de qué hacen estos personajes en su tiempo libre; Art el Payaso disfruta relajándose en una mecedora, meditando mientras mira por la ventana, mientras que Victoria dedica su tiempo a disfrutar de un profundo baño de su propia sangre. La película cumple con creces las expectativas de los amantes del gore más extremo.
