Este thriller criminal se desarrolla principalmente en un edificio de apartamentos casi vacío, que supuestamente se encuentra en Boston, Massachusetts, aunque los créditos revelan que fue filmado en Malta. Sin embargo, esta falta de ubicación específica es irrelevante, ya que la atmósfera se siente desconectada de cualquier lugar que no sean las habitaciones por las que se mueven los protagonistas, Frank Shaw (Joel Kinnaman) y Ava (Sandra Mae Frank), intentando evadir a hombres armados que resultan ser policías, al igual que Frank. La película utiliza la sordera de ambos protagonistas, que los hace vulnerables, pero les da la ventaja única de poder comunicarse silenciosamente a través del Lenguaje de Signos Americano (ASL) mientras escapan de sus perseguidores.
La trama se inicia cuando Frank, quien perdió la audición hace un año debido a una lesión en la cabeza durante un arresto y ahora pasa sus días ahogando sus penas, es contactado por su expareja, Slater (Mark Strong). Slater le pide ayuda para interpretar la declaración de Ava, una testigo sorda de nacimiento que prefiere comunicarse mediante ASL. Aunque resulta inverosímil que Slater no le pidiera a Ava simplemente que escribiera su declaración, su insistencia en involucrar a Frank desencadena una serie de eventos desafortunados. Frank olvida su teléfono móvil en el apartamento de Ava y luego ve cómo los asesinos que ella identificó regresan para matarla.
El director Brad Anderson —conocido por El maquinista— maneja con habilidad los hilos de este juego mecánico del gato y el ratón mientras Ava y Frank se esconden. Como era de esperar, la película utiliza el sonido para reflejar la discapacidad auditiva de los personajes, empleando un sonido parcialmente, y luego totalmente, silenciado. Sin embargo, el aspecto visual es igual de cautivador: los escenarios están repletos de esquinas sombrías y amenazantes pozos de oscuridad, contribuyendo a la atmósfera opresiva de claustrofobia.
Todas las interpretaciones son sólidas, tanto las de los protagonistas como las de los antagonistas, liderados por Mekhi Phifer. Phifer interpreta al principal villano, un personaje que no está completamente desprovisto de moralidad y que genuinamente siente que sus acciones están justificadas. Aunque el desenlace y la moralidad final parecen calculados de antemano, el filme se mantiene como un absorbente ejercicio de tensión mientras dura.
